El lado oscuro del Edén

Permanezco con los ojos a punto de cerrarse sobre ese sofá antiguo
permanezco inmóvil como esperando mi sentencia de muerte,
confiando en que la oscuridad me impida la visión del todo,
soñando con sumergirme en las notas del piano y en las mejores sensaciones.
Hoy se acabó el infierno.

El despertar es desolador,
un delirio te dice que hay dolor pero no sabes que es
y cuando caes en la cuenta, es el miedo a olvidar lo que sentiste
a olvidar lo que quisiste,
a quién quisiste...

Despertar es la pesadilla consiguiente a la partida del edén,
al retorno de los avernos,
no se soporta la oscuridad pero se siente el deseo de deshacerse de la piel inerte;
lo cual te arrastra a las suplicas a un ente superior,
a salir del pozo,
porque ya te hartaste del vacío y las notas del piano en el fondo,
porque sabes que siguen sonando con la misma melodía
para reclamarte con vehemencia un retorno.
Ahora no sabes si la realidad es el averno o el edén,
al edén del control
o al averno de lo espontáneo.

Después de todo hay un ser,
personaje de ficción,
que juega en lo que hoy se llama realidad.