Puro Reflejo

De frágil sonrisa, la miro distante, veo a los que ya no están con ella, los veo a su lado entre guitarras, sonrisas y amores...los veo.
Los veo con todos los colores de ojos y de piel, a sus vestimentas y las palabras vertidas, a todos los veo.
Los años pasan y con ella se consume la vida, los sucesos inesperados, canciones, el cuerpo, los pensamientos y los sentimientos. Pasan de moda la honestidad, la no flojera, la responsabilidad, adiós a la ternura y porqué no una patada a los demás.
Yo decido.
Es un momento crítico, la niña llora frente al altar, siente que la consume el tiempo, los recuerdos.
Esta delante de ti todo y no paras...todo es tan vacío. Nada te llena, nada.
Te sumerges en la mierda mientras lloras, te revuelcas, todos tenemos derecho a equivocarnos pero no a pagar los pecados ajenos, el rencor, el odio, un cocktail de venganza, el fuego interno nos consume, nos apasiona y destruye.
La vida es un cuento, cuyo vocalista tiene voz gutural, las letras pasan rápido mas los días lentos, con una pasividad desesperante que nos desesperanza y ahoga, así día tras otro se van.
En esta casa de naipes, las marcas en la piel son el recuerdo de tu historia, y los dibujos en ellas, tus guerras ganadas; la melodía de tu voz, es el himno de supervivencia y el color de tu pelo, la insignia personal.
Así yo te veo.
Han pasado los años, tu cuerpo, tu conciencia, tu alma, son el reflejo de todo lo pasado, tus lágrimas frente a los santos, son en ausencia de un muerto, tu propio ego.
Ha pasado todo una vez más, no eres Conquista en el Juicio Final, eres un superviviente, un ente moralmente mediocre, perdida y sin razón.
Te ves y me veo.
Eres mi reflejo, eres mi ataque a cada momento, ahora que he descubierto la oscuridad, me gusta sumergirme en ella y no sé cómo parar.
Antes de las sonrisas tu caíste en ella, pero era juego de niños, lo sé, tus lágrimas ni las heridas que veo sangrar son las mismas; estas tienen más profundidad y todo se va más al fondo. Caes profundo.

Las voces en tu cabeza te torturan con lo que has dejado pasar, su rostro es el estigma del presente y tu mente no para de maquinar. Te veo llorar, te veo sufrir, te veo sin camino, sin redención, sin una muerte que no llega, te veo...caer profundo.
Ambivalencia.
A pesar de perderte en las calles, de perder el sentido, de estar desorientada, de todo...quieres ver la luz, crees alcanzarla al final pero tu reclusión es vana, no quieres perderte y te atas...
¿a qué?
Ves como todos pierden la cabeza, la humanidad un verdugo propio, un odio personal, una estúpida agonía sin final...una tortura sin fin...y allí te retienen pero por más que estés rodeada de personas estas sola y esa palabra en su contexto propio te carcome la cabeza.
De nada servirá que te arranques los cabellos, de nada te servirá gritar o maldecir su nombre, tú y yo nos tenemos que creer que lo que sucede tiene un motivo final.
Que de nada y en la imaginación queda, su muerte.
Te veo, una y otra vez y por más que siento tu vacío. Yo ya paré de ensuciarme, ahora te toca a ti, niña en el altar, volver a la luz.