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El Estilo Brescia

Fortunato Brescia les dijo a sus hijos que quieran y aprecien el valor del Perú, no de una manera simbólica sino directa, formula que con la que acumuló capital y que se traduciría en sus hijos en el don de hacer negocio, uno formado con reserva y tenacidad, que hoy se convierte en una compra valorizada en $555 millones, la adquisición de la cementera Lafarge, próxima a ser rebautizada como la cementera Melón, que anuncia miras a ampliar el apellido Brescia a toda América del Sur como una meta comercial, con inicio, en la explotación de minerales en Chile.
El hecho de tener casi 40 empresas en los sectores de banca, minería, química, pesca y construcción, los hace uno de los grupos económicos más prósperos e imponentes del mercado, por no decir el más importante del país, que entre sus últimos proyectos en actividad cuenta con la compra del Grupo Sipesa, empresa productora de harina y aceite de pescado más grande del mundo, además de la reciente construcción del Hotel Libertador Lima, un cinco estrellas que demanda una inversión de $ 30 millones.
Es difícil saber el próximo paso de los Brescia sin dejar de asombrarnos detrás de esa identidad reservada que con cada negocio suyo conquista “una mina de oro”. Si bien nadie conoce su secreto, sólo dejan apreciar un indicio, la prudencia de sus ejecutivos a la hora de invertir contrarios a los arriesgados movimientos de sus dueños, claro está, con inversiones en proyectos de valor a largo plazo.
Se sabe Pedro y Mario Brescia continuarán hasta donde den las fuerzas aunque la decisión de suceder de los hijos sea un valor a evaluar a todavía a futuro.