Soneto 141

Quiero escribir algo para ti,
no es un soneto ni ya una canción de amor,
es la sonada perfecta de los ritmos de mi pensamiento,
mi alma y percepción.
Después de haber navegado por profundos océanos de desesperación,
la oscuridad se ve como la niebla que cubre mis pensamientos.
la vida es como un vaivén de ansiedad cuando trato de respirar al mirar tu recuerdo,
a veces me pregunto, ¿como pude?,
recuerdo tus ojos,
tu aliento,
tu piel y tu sonrisa pero de repente
todo se pone negro y la desesperación me lanza hacia un abismo,
todo tu recuerdo se difumina y mi corazón se agita,
solo sobreviven imágenes de angustia,
llanto y desesperación, dolor y vacío...
porque sí, fui negligente y dejé mi propia alma a tu recuerdo
porque al disolverse todo veo la realidad,
tu risa fingida,
tus escenas tras el telón,
tus palabras llenas de veneno e ideas fallidas,
tu cobardía
el no coraje de mirarme a la cara y decirme la verdad de las cosas...
la desesperación y el vacío que tu también sentías.

¿por qué?, ¿por qué?,
es una pregunta que no existe en nuestro entendimiento,
por qué no hay más noches donde escucho en un susurro tus palabras partidas,
por qué ya no hay noche en la cual oiga el eco de tu risa,
¿por qué?, no debería existir en el presente,
porque el egoísmo es tu lenguaje y la cobardía tu mecanismo,
no puedo expresar un sentimiento en concreto hacia tu vida,
no puedo abstraerme de toda esta infame realidad mía,
porque duela o no apareces cada cierto tiempo como un fantasma que pretende minar la calma mía,
porque parece que creo una realidad,
donde, cuando te añoro, siento que todo era perfecto,
mentira...
mentira...
tu silencio dolía,
tus palabras cortaban,
tu mirada mataba,
te di todo,
la vida,
el corazón y el recuerdo,
pero ni en paz muerto estas,
porque revives en las pesadillas,
en los sueños de los días en que te amo,
en los malos recuerdos en los días en que entro en razón...

Todo es infamia,
no existes,
no existimos,
sólo fue una fantasía nuestra realidad, porque ninguno de los dos cederá,
porque yo ya me debí de cansar de esperar,
porque jamás hablarás
y porque ya me harte de tu cinismo fatal al hablar
mirar,
saludar,
esta es la no verdad incomoda,
es muy cómoda tu posición,
más ahoga el silencio,
el silencio que parece un infinito mortal
un infinito fatal.
Una cosa de nunca acabar,
de ridículo malestar y recuerdos por pesar,
día tras día,
todo es confusión,
te materializas y te añoro
y mis sueños no mienten
tu sonrisa mata,
la verdad agita,
los recuerdos agobian,
las personas se marchitan.