SIN SENTIDO

nunca aprenderé a tocar música
soy como un fantasma, pero escribo.
No estoy muerta pero no vivo,
todo es la misma mentira.

La existencia no camina,
los días avanzan como un lento recordatorio de la agonía,
y los arcoiris no existen.

Los recuerdos de la noche,
el humo del cigarro con acordes que nunca tocaré
ciudades que no veré
escriben mi lenta muerte sobre las teclas;
como pastilla venenosa en vaso diluido,
como el sonido de las ambulancias y la desesperación humana,
por la salvación la vida de alguien que desdicha a la sociedad.

La ventana sigue cerrada,
los músicos afuera,
todo se ve borroso.
Ya en tu vida haz hablado bastante,
y el instinto de supervivencia sale a flote,
un apice de desesperación y ganas de querer vivir
pero ya estas en el vórtice,
donde los violines suenan con desesperación y los pianos tocan notas tristes.

Pasa el tiempo,
pasa la muerte
y en el todo se autodestruye.

No existe,
no existimos,
no creímos.