Shy Away
Hoy cumplo un año con el chico, con el que crei cruzaría la puerta de una iglesia o la puerta de la municipalidad.
Sí, el marry me.
El hecho es que no estamos.
El hecho es que tenemos una relación extraña.
Sin responsabilidades y donde las escenas de celos unidireccionales de su parte, son válidas. Donde se quieren aunque se lo digan algunas veces y otras no.
Hasta ayer quería ser la mujer que cruzara de su brazo, al sí del resto de su vida. Hoy después de recordar quien soy y después de que anoche se fue sin decir adiós, y escribe al día siguiente como si nada; recordé por qué tengo esa mala manía de amar a chicos con problemas, llegando a la maravillosa conclusión de que siempre me enamoro de un ideal del Hombre mágico y que cuando lo tengo pienso que estoy en un sueño con horas contadas como cuentos de hadas, que huyo.
Padezco, el Síndrome de la felicidad perfecta, y tan perfecta fue que le dije adiós.
Del 21 de abril del 2016.
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