Ghosting

 Cuando tenía 9 años, pase de todo. Una cirugía que me dejo en coma por una semana, el amargor de regresar a la vida, mi soledad y mi primer beso.

Las cosas tienen un porqué, muchas veces duro e infinito. Digo infinito, porque es una carga a veces dura de arrastrar. 

A los 9 años uno no puede decir que tiene al cabeza en su lugar, y cuando eres mucho mayor entiendes que esa edad es sagrada. Lo sagrado dista de lo religioso, y más va relacionado a la pureza de las relaciones humanas.

Las relaciones humanas si bien son complejas son más puras a esa edad.

Mi mejor amigo, el chico con el que estaba todo el tiempo jugando, paso de jugar de manera inocente a probar conmigo un juego más serio...besar, y no era algo que me enojara pero lo hizo cuando y manifestó sentimientos, mi cerebro inmaduro e preocupado por lo que pensarían terceros y los prejuicios hacia él hicieron que me fuera.

Hacerle ghosting no es algo que me enorgullezca, más aún cuando pasaron demasiados años para evadirlo de manera continua.

Pero... pero, ¿qué sucede cuando los sentimientos se invierten?

Qué sucede cuando escribe por estas cosas, consideradas para algunos tontos, para otros como sensibles.

Exagero y cuestiono mi familia, o donde quiero pertenecer o qué quiero tener en mi vida, ¿y mi futuro?


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