Trizas

 

La vida a veces es insulsa, contraria y bondadosa. Una total ambivalencia si quieres definirla, porque en realidad se mueve por emociones humanas y las emociones dan sentimientos y el origen primordial de ambos son sustancias y procesos que son orgánicos en nuestro cuerpo.

Es difícil aceptar y definir que nos resumamos a meras moléculas, que nuestros instantes de activación se deban a ello pero no, no se deben a las moléculas, el estimulo es lo definitorio, ¿pero y si en el mundo los estímulos pierden su fuerza?

Eso me lleva a la paradoja que vivo hoy en mi día a día. Mi vida se resume a perder eventos importantes, al miedo a la soledad, pero no a la soledad de estar rodeado de gente, sino a la soledad misma, al estar solo mucho tiempo...¿Está mal decir que a mi edad quiero compartir mi vida con alguien?

Estar solo en la casa, en un espacio vacío es reconfortante y durante muchos años lo anhele, pero estar lejos de mi tierra, de lo conocido me pesa. No consigo hallar el cable a mi felicidad, a mi sentido de vida, es como si no quisiera existir. La vida me sabe a nada.

He perdido mi camino, no tengo idea de lo que quiero hacer, debo de vivir y tengo la suerte de vivir y pensar...pero tener tiempo para pensar alimenta mis ganas de desaparecer.

Estoy rota, no dejo de repetirlo desde hace más de un año donde mi aventura por compartir mi vida con alguien se acabó. Donde el haber pensado en tener un bebé y un compañero de vida desapareció, donde por más que lo intenté después no lo volví a hallar, porque perdí una parte de mí.

¿Realmente necesito una familia? ¿crear una?

Me muero de miedo.

Pero aunque suene estúpido quiero llegar a casa y ver a alguien, abrazarlo, soñar, conversar, negociar, arreglar las cosas, intentar...

El duelo parece interminable y me siento vulnerable. Siento que vivo en las sombras y no tengo con quien llorar. Estoy cansada y harta de llorar sola y sentir que lo que quiero decir no tiene importancia para los demás o tener temor a ser juzgada. 

Es irónico, tengo miedo a hablar. Sonará ridículo pero siento que he quebrado y ayudado a la vez con mis palabras que ahora me controlo mejor, tanto que no puedo exponer lo que siento...me fui de un extremo a otro. Soy incapaz de pedir ayuda, me he vuelto orgullosa o ridícula, no puedo volver atrás pero necesito afecto que es diferente al amor.

Los días pasan y por dentro me estoy rompiendo.

No veo solución alguna y por un momento quiero hacer la lista final, la lista de cosas antes de morirme. Lo sé algún día todos moriremos, pero necesito la lista final...porque sino perderé la perspectiva. Estoy frustrada, no puedo ejercer la pasión de mi vida, necesito el dinero y debo de conformarme por crear un nuevo yo. No tengo idea si debo de regresar a mi casa natal o irme pero no encuentro el camino allá y lo único que me hace sonreír es, un dormir en unos brazos que se sienten como casa, como en la segunda casa que hallé en mi vida en brazos de alguien. Pero esto me consume tanto por dentro, la frustración interna de mi yo que necesito arreglarme.

No sé donde estar, no sé cual es mi lugar en el mundo. 

Me pesan mis errores, siento que quiero implosionar.

Desaparecer y olvidarme de ser yo y ser un problema a mi alrededor.

El amor no me hace llorar.

Querer a mi familia y al chico que empiezo a conocer no es problema.

El problema soy yo. Que me siento desconfigurada. 

Mañana pueden romperme el corazón y mi corazón ya esta hoy hecho trizas porque no puedo soportarme así.

Quiero emerger del océano de mi propia oscuridad, quiero amarme como puedo brillar para los demás. Quiero volver a encontrar mi camino y mi vida.

Es lo que más deseo.

Yo creo pero no sé si debo creer.


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