día 35 Intentar

Creo que he vivido la semana más organizada, focalizada y si hablamos en términos correctos, donde me he enfocado tanto en no sentir ese hueco en mi pecho y sólo dar lo mejor de mí.

Palabras de aliento, tomar con seriedad mi trabajo, felicitaciones de mis amigos más cercanos e intentar abrirme...

Pero llegó el viernes y la desorganización del sistema externo al mío me frustra. Me pierdo y sufro.

Mis amigas del cole me vieron el jueves y pudimos conversar de la vida, de lo que paso. Lo que pasó.

El miércoles a horas donde nadie debía cruzarse por calles por las que nunca yo paso, la frustración de tratar de mirar al exterior y encontrarte allí con tus audífonos, tu capucha y tus insoportables zapatillas. Solo mirar a la izquierda y verte y comprobar de nuevo que ese rostro que giró a lo lejos eres tú, por tu piel nívea y esas zapatillas que tu hermana escogió; esas con las que subías en la mano para caminar en medias blancas de puntillas a mi habitación y escabullirte a dormir conmigo. Cuando me preguntan porque te reconozco o compruebo que eres tú por las zapatillas, es porque esa bendita escena viene a mi memoria. Las fotos...de verte como un niño despertando, tan indefenso y solo...tus cabellos negros sobre mis sábanas blancas...

Parece una bendita eternidad donde me pierdo, una bendita eternidad donde mi corazón se resiste al parecer a soltarte por más que he intentado de todo. 

De todo y apareces en un calle random, en un horario random, y de negro, como siempre.

Por mucho que lloro, esta pesadilla no parece terminar, y no quiero quedarme estancada en ser la novia que sufre una y otra vez. Por más que intente mirar a otros solo por mirar y que tú estés allí, que bendita ironía terminar en el lugar donde comencé, en tu cuerpo, tus ojos, viéndote y estar lejos. No poder tocarte y amarte a pesar de que sé que no esta bien...

Estúpida irracionalidad, estúpido masoquismo.

Es un dolor insoportable.

Insoportable porque si bien no puedo correr porque no estás conmigo, me frustra que seas tú que estés allí y no pueda tocarte.

Insoportable que sea un egoísmo energético.

Que sea el hilo rojo, que mi corazón por días lo suelta y después cuando te ve se frustra porque no deja de apreciar que sólo existes tú. Que no tengo ojos para otro.

Duele ver fantasmas, duele más aún existir...Prometido.

Un recuerdo de algo inexistente.

Así, el hombre que temía al ridículo termino siendo el maestro de ceremonias de este gran circo que se llamo nosotros.

Intento, bendita sea, intento todos los días, sanar, dejarte atrás, pero extraño tu rostro, la mierda de ser tú y yo contra nuestros padres, como esos niños enfadados buscando crear una familia lejos de lo tóxico de nuestro entorno: de las quejas y paradigmas familiares.

Me duele tanto, me duele demasiado, me frustra estar prisionera, porque por más que intento, por más que otros estén queriendo ofrecerme más, sigo al final mirándote a ti, cuando buscaba con la mirada algo bonito que ver y luego caer en la cuenta de que eres tú.

No entiendo.

Quiero sanar porque no me reconozco, porque parezco un cuerpo, un cuerpo que funciona pero que no siente, que no se sorprende, que puede conocer personas maravillosas pero que la han destrozado y decepcionado tanto que no puede y pide piedad al destino. Una oportunidad.

Son 35 días. 35 días donde vivir en la misma ciudad que tú, es luchar contra la peor adicción que he tenido. La que nunca tuve antes y parece ser la peor de todas. Como mi marca personal de heroína.

No puedo decir que odio los 8 de octubres, no puedo decir que detesto no estar a tu lado, no puedo decir que odio haber cedido a tus deseos, darte una oportunidad, una oportunidad en el pasado que cambio mi rumbo, que me metió en esta cachetada gigante de la cual he aprendido un montón pero que me ha dejado destrozada por dentro, rota, hecha pedazos. Y detesto no poder dejar de llorar, porque te extraño y porqué me da coraje que seas tan nocivo. Y yo siga siendo tan masoquista, deseando tener lo que no pudimos tener.

La única persona que parecía haberme interesado desapareció en el silencio y a veces soy cruel e irracional de preguntar ¿aquí llego toda mi fascinación?, ¿volveré algún día a sentir algo?.

Nada me sorprende en ese campo, nada parece estar completo, no puedo confiar. No puedo confiar porque me metiste un puñal de palabras de mierda. No puedo confiar porque fuiste mi persona especial y dudabas de mí cuando yo no lo hacía. No pude contigo y tu mundo de inseguridad personal, confiaba en ti, confié. Y ahora por primera vez en la vida no puedo confiar en el amor, no puedo creer a nadie más. Porque no soy más que una amistad interesante, en lugar de haber sido tu prometida.

Vete a la mierda, ya quiero dejar de llorar. 

Quiero sanar bien y no joderla, no llevar tus muertos conmigo a quién si pueda trabajar conmigo en equipo.

Y si te atreves a aparecer, no te miraré si no has cambiado, crecido...dejado de buscar a una madre porque a la tuya dices detestarla. No puedo, sinceramente no puedo más. Siento que debo de estar primero, porque aún te quiero, te extraño y eres el peor cuento de terror de todos los tiempos, donde en tu historia soy la mala, la que te rompió, sin siquiera sentarte a pensar que tu egoísmo es abismal y no te hacer ver la realidad. Lo que has roto por ser adicto a sufrir. Por gustarte superar el dolor de lo que sientes por el dolor de carne real.

No puedo contigo, no puedo más.

No estás.



Try - Nelly Furtado.


Comentarios

Entradas populares